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Estamos viviendo una crisis sistémica que sólo puede ser resuelta con alternativas sistémicas. Lo que la humanidad enfrenta no es sólo una crisis ambiental, económica, social o institucional. Esta es una crisis de la humanidad y del sistema de la Tierra. Es una crisis sistémica provocada por el sistema capitalista en su incesante búsqueda de crecimiento y ganancias sin fin a expensas del planeta y la humanidad. Este sistema está llevando a la extinción de especies, a pérdidas importantes de la biodiversidad, a la degradación de la gente y a sobrepasar los límites absolutos de la naturaleza. Esta no es una crisis cíclica más del capitalismo en la que después de sufrir una depresión se recupera con cifras récord de crecimiento para continuar su expansión. Esta es una crisis mucho más profunda que se ha extendido a todos los aspectos de la vida en la Tierra y que ahora tiene su propia dinámica acelerada sin posibilidades de reversión en el marco del sistema capitalista.

Nuestra tarea más urgente es superar el capitalismo si queremos detener esta caída libre de la vida. El capitalismo lejos de implosionar por sus contradicciones se está reconfigurando y está buscando nuevas formas para incrementar su tasa de ganancia hasta exprimir la última gota a la gente y al planeta. Todo puede ser mercantilizado. Todo se convierte en una “oportunidad” de nuevos negocios. Los desastres naturales, la especulación financiera, el militarismo, la trata de personas, la guerra… No hay límites para el capitalismo. La sobre explotación y el sobreconsumo son las principales fuentes de este sistema que busca el crecimiento infinito en un planeta finito. El aumento de la desigualdad y la destrucción de los ciclos vitales de la naturaleza son su legado.

Las alternativas al actual sistema sólo pueden ser construidas si profundizamos nuestra comprensión del proceso de reconfiguración del capitalismo. El capitalismo ha demostrado que tiene una gran flexibilidad para adaptarse, capturar, remodelar y crear salidas para sí mismo. Lo que comienza como una idea o movimiento progresivo es cooptado, transformado e incorporado para mantener y reproducir el sistema. El reto es construir alternativas de sociedad capaces de romper con la lógica del capital y que sean cooptadas. Las alternativas no surgen en el vacío. Emergen en las luchas, en las experiencias, iniciativas, victorias, derrotas y el resurgimiento de los movimientos sociales. Las alternativas emergen en un proceso de análisis, práctica y propuestas que se validan en la realidad. Muchos intentos se han producido en el último siglo y han perdido impulso o sucumbido. Explorar por qué sucede este fenomeno es esencial para la construcción de nuevas alternativas sistémicas.

No hay una sola alternativa. Hay muchas alternativas. Algunas vienen de nuestras raíces (los pueblos indígenas) como el “Vivir Bien”. Otras, como el “decrecimiento”, se construyen en las sociedades industrializadas que han sobrepasado los límites. La “desglobalización” es una reacción al proceso de globalización de las empresas transnacionales. El “eco-socialismo” es un intento de repensar las alternativas desde una perspectiva no antropocéntrica. La “soberanía alimentaria” es una propuesta que ha desarrollado alternativas concretas para los pequeños agricultores, los campesinos y los pueblos indígenas. El “eco-feminismo” aporta la dimensión de las mujeres esencial para superar el régimen patriarcal actual. Los “Derechos de la Madre Tierra” buscan construir una nueva forma de relacionamiento con la naturaleza. La propuesta de los “bienes comunes” resalta cómo la humanidad construye formas de gestión colectivas. La “Economía Solidaria”,  la “Economía para la Vida”, la “Economía de Transición”… todas apuntan a un tipo diferente de economía. En fin, hay muchas otras alternativas que tienen su origen en nuestra diversidad, creatividad y solidaridad. Todas estas propuestas tienen fortalezas, limitaciones, contradicciones y puntos en común. Todas ellas son propuestas en construcción.

Alternativas Sistémicas significa comprometerse. Comprometerse a aprender de los otros, de otras alternativas, buscando la complementariedad creativa. Alternativas Sistémicas es un llamado a examinar críticamente nuestras propias perspectivas, a buscar sus límites, contradicciones y falencias. A reconocer lo que está ausente y ha sido desarrollado por otras alternativas para así seguir construyendo con las otras propuestas.

En síntesis, el objetivo principal de Alternativas Sistémicas es la interacción creativa para ir más allá de nuestras propias perspectivas con el fin de imaginar, re-crear, construir y fortalecer nuestras alternativas.