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Una integración mundial para los pueblos y la naturaleza
¿Qué es la desglobalización?
Para responder a esa pregunta, veamos primero a qué nos referimos con “globalización”. En su artículo “Definiciones de la Globalización: Una visión general y una propuesta de definición”1. el Dr. Nayef Al-RF Rodhan recopila un centenar de definiciones de globalización. La mayoría de ellas tienden a definir el término como un proceso de integración mundial a diferentes niveles (social, económico, cultural, infraestructura, comunicaciones, ideas, visiones del mundo, etc.). En este sentido, la globalización sería un proceso de creciente interdependencia e integración hacia una sociedad mundial.
Tomando como referencia estas definiciones, el enfoque común de la “desglobalización” es que se trata de un “proceso de disminución de la interdependencia y la integración entre ciertas unidades en todo el mundo, básicamente de los Estados-Nación”2. En otras palabras, la “desglobalización “sería un llamado al aislamiento o a revertir la creciente integración del mundo.”
El concepto de la desglobalización al que nos referimos en este texto parte de una definición muy diferente de globalización de la que acabamos de citar. Para Walden Bello, fundador de Focus on the Global South, quien acuñó el término “desglobalización” en 2001, la globalización es “un proceso de integración acelerado del capital, la producción y los mercados a nivel mundial impulsado por la lógica de ganancia de las transnacionales.”
[Walden Bello] La desglobalización no es un sinónimo de retirarse de la economía mundial. Ella implica un proceso de reestructuración del sistema económico y político mundial para que fortalezca la capacidad de las economías locales y nacionales en lugar de degradarlas. Desglobalización significa la transformación de la economía mundial de una integración alrededor de las necesidades de las empresas transnacionales a una integración en función de las necesidades de los pueblos, las naciones y las comunidades. 3
El objetivo de la desglobalización es comprender, enfrentar y desmantelar el imperio mundial que las transnacionales y las élites están construyendo, desarrollando alternativas frente a este proceso de captura del mundo por el capital.
Comprender
El primer paso de la desglobalización es entender y profundizar el análisis de los procesos de la globalización. Walden Bello ha dedicado la mayor parte de sus escritos a esta tarea. En su opinión, la globalización ha tenido dos fases: la primera se extendió desde el siglo XIX hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, y la segunda se inició en la década de 1980 y continua hasta nuestros días. Entre estos dos periodos de globalización (1914-1980) existió una etapa que se caracterizó por el dominio de economías capitalistas nacionales, un importante grado de intervención del Estado y una economía internacional con fuertes restricciones en los flujos comerciales y de capital. 4
La fase actual de globalización representa un proceso neoliberal que tuvo un período de auge con el “Consenso de Washington” – el FMI, el Banco Mundial y el establecimiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1994 – y ahora atraviesa un período de conmociones y crisis que complican pero no detienen el avance de la globalización neoliberal. La crisis de México en 1994, la crisis financiera asiática de 1997, la profunda recesión en la Argentina de 1998 al 2002, el colapso de la Tercera Conferencia Ministerial de la OMC en Seattle en 1999, la derrota del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en 2005 y la crisis crónica que comenzó en los Estados Unidos en 2007 y se extendió a Europa y ahora se propaga por las economías emergentes, constituyen la “nueva normalidad” de este proceso de globalización.
Este nuevo momento de la globalización se caracteriza por una desaceleración de la economía mundial y, en particular, del comercio de bienes, mientras que el capital financiero especulativo continúa expandiéndose junto con una mayor concentración del capital en manos de las corporaciones y las élites.
La globalización, que una vez fue calificada como “el fin de la historia”, ahora se enfrenta a la realidad de los límites del sistema del planeta Tierra, como son por ejemplo el clima y la biodiversidad. La globalización se está desplazando desde el “Consenso de Washington” a una nueva fase de la reconfiguración del capitalismo que se expresa en la adaptación a una situación de crisis crónica permanente, tratando de aumentar la tasa de ganancia del capital, a través de:
a) el desmantelamiento del estado de bienestar, en particular en Europa
b) una nueva ola de privatización a través de las Alianzas Público-Privadas
c) una intensificación del acaparamiento de recursos naturales y el desplazamiento de poblaciones rurales
d) un “consenso verde” para promover la financiarización de la naturaleza y la creación de nuevos mecanismos de mercado alrededor de las funciones de la naturaleza (REDD, Agricultura Climática Inteligente, compensaciones de Biodiversidad, liberalización del comercio de bienes y servicios ambientales, etc.)
e) un incremento de la especulación financiera con casos dramáticos como los fondos buitre en Argentina
f) el desarrollo de nuevas tecnologías como la geo-ingeniería, la biología sintética y otras para hacer negocio con la crisis climática y ambiental, y
g) una liberalización más ambiciosa del comercio y las inversiones nacionales, regionales y mundiales como es el Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico (TPP), la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP), los tratados de libre comerciales (TLCs), los nuevos tratados bilaterales de inversión (BITs), la reactivación y expansión de la OMC a nuevas áreas, y finalmente los acuerdos económicos de cooperación Sur-Sur.
Todos estos y otros aspectos requieren de un análisis profundo desde la perspectiva de la desglobalización. Por ejemplo, el aumento del control de las transnacionales sobre las Cadenas Globales de Valor o el desarrollo de nuevos acuerdos de cooperación Sur-Sur que promueven la expansión de transnacionales (TNCs) de economías emergentes.
El centro principal de preocupación de la desglobalización, a diferencia del Buen Vivir, los Derechos de la Madre Tierra o los bienes comunes, está en el análisis de los procesos de globalización del capitalismo. La desglobalización no promueve una lectura única de esta realidad compleja sino que busca profundizar su comprensión y desarrollo de estrategias y alternativas.
Deconstrucción
El segundo componente de la desglobalización es la deconstrucción.
[Walden Bello] Romper con el pasado es un asunto mucho más complicado cuando se trata de la gobernanza económica mundial. El cambio social, los nuevos sistemas, no pueden ser construidos de manera efectiva sin debilitar el dominio de los sistemas antiguos que no toman a la ligera ningún cuestionamiento profundo a su hegemonía. (…) A una estrategia de deconstrucción debe seguir necesariamente una de reconstrucción.5
Una de los objetivos de la desglobalización es deslegitimar, detener, explotar las contradicciones, desbaratar y acabar con las principales instituciones de la globalización. En este sentido, diferentes movimientos sociales han desplegado diversas campañas e iniciativas contra el FMI, el Banco Mundial y los bancos regionales, así como contra la OMC y los tratados de libre comercio e inversiones.
El proceso de deconstrucción ha tenido victorias importantes, como la derrota del Tratado de Libre Comercio de las Américas (ALCA) o la movilización en contra de la Conferencia Ministerial de la OMC en Hong Kong en 2005, después de la cual la OMC se atascó durante varios años, hasta Bali del 2013. Sin embargo, la lección después de todos estos años es que estas organizaciones tienen una gran capacidad de adaptación y regenerarse a sí mismas, capturando elementos de la crítica y de las nuevas circunstancias y re-lanzando su ofensiva. Por ejemplo, este es el caso del Banco Mundial, que después de varias derrotas en los procesos de privatización de los servicios públicos de agua, ahora ha reempaquetado el viejo modelo con una propuesta más inteligente y peligrosa llamada Asociaciones Público-Privadas. Así mismo, la derrota del ALCA y el estancamiento de las negociaciones de la OMC por varios años ha llevado a promover tratados de libre comercio bilaterales y acuerdos de libre comercio regionales sólo entre gobiernos “amigos”. Parte de este proceso es también el desarrollo de nuevas estrategias como la llamada “cosecha temprana” de la OMC con el Tratado de Facilitación del Comercio. Otro ejemplo del reciclamiento de la globalización, es el intento de tratar de utilizar la crisis climática a través de la “economía verde” y el lanzamiento de varias iniciativas que le dan cuerpo desde el Banco Mundial, la OMC, las Naciones Unidas y el G-7.
El proceso de crisis y readaptación de la globalización ha tenido un impacto en las trayectorias de los movimientos sociales de todo el mundo. Las estrategias de los movimientos sociales de deconstrucción de la globalización, que resultaron muy efectivas en el pasado, ahora no tienen el mismo impacto por este cambio de circunstancias y necesitan ser re-imaginadas y re-lanzadas a nivel nacional, regional y mundial. La aparición de nuevos movimientos como Occupy, los Indignados y la Primavera árabe han sido muy importantes, pero han tenido resultados muy diversos: en algunos casos temporales, en otros han dado origen a instrumentos políticos de avanzada como en España y Grecia, y en otros como Egipto los resultados son muy contradictorios. En general, podemos decir que los movimientos sociales a nivel mundial se enfrentan a nuevos desafíos que requieren el replanteamiento de iniciativas como el Foro Social Mundial que se encuentra en declive.
La elección de gobiernos progresistas en América Latina ligados a movimientos sociales ha ayudado en la promoción de las diferentes iniciativas de deconstrucción de la globalización, pero el hecho de que muchas organizaciones sociales han perdido su autonomía frente a estos gobiernos, que no han superado el capitalismo de Estado, ha debilitado a los movimientos sociales de esos países.
Además, la tensión entre los que quieren reformar y aquellos que quieren descarrilar estas instituciones de la globalización ha aumentado en los últimos años. El debate en redes como Nuestro Mundo No Está en Venta está en si las estrategias van a estar orientadas a fortalecer y construir argumentos que pueden influir en los negociadores y los gobiernos o si van a ser determinadas fundamentalmente por las necesidades de fortalecimiento de los movimientos sociales.
En la misma línea, es necesario revisar estrategias de apoyo en general a países en vías de desarrollo o del Sur en contra de los países desarrollados o del Norte porque detrás de los países del Sur se encuentran fundamentalmente nuevas élites y corporaciones que se están beneficiando y lucrando con el “derecho al desarrollo”, y así mismo muchas empresas estatales se comportan como empresas privadas en lo que respecta a los recursos naturales, el empleo y la competencia.
Este proceso es aún más complejo y diverso si uno los analiza desde la perspectiva regional, nacional y local. En estos contextos, la clave de los procesos de deconstrucción que promueve la desglobalización, radica en aprender junto a los movimientos sociales y explorar nuevas posibilidades para fortalecer sus luchas promoviendo nuevos procesos de convergencia que vayan más allá de campañas aisladas o fragmentadas alrededor de cuestiones puntuales como el comercio, el clima, las finanzas y otros, buscando estrategias mas integrales y holísticas para hacer frente a la gran tarea de cambiar el sistema.
Alternativas
En su reciente libro, “La última resistencia del capitalismo?” (2013), Walden Bello ha ampliado los 11 principios originales de la desglobalización a 14 principios claves.
El corazón del enfoque de la desglobalización está en los principios que abogan por un nuevo tipo de proceso de integración mundial que fortalezca a las economías locales y nacionales en lugar de degradarlas en beneficio de las corporaciones transnacionales. En este camino, las acciones de la desglobalización se basan en el principio de subsidiariedad, que también es postulado por otras alternativas como la “localización”, pero que en la perspectiva de la desglobalización se inscribe en un perspectiva mas amplia de cambio de la globalización mundial del capital.
En “La última resistencia del Capitalismo?”, Bello menciona varios ejemplos de lo que él llama las “alternativas a nivel micro”: Los presupuestos participativos, el experimento Mondragón (trabajadores de cooperativas en España), los sistemas de moneda comunitaria, los emprendimientos comunitarios de energías renovables, la agricultura ecológica y las redes de Comercio Justo y Microcrédito. Su comentario general sobre estas “alternativas a nivel micro” es que “mientras han tenido algunos éxitos -nada insignificantes- muchas de estas alternativas se han enfrentado a grandes dificultades y han confrontado serios problemas para mantenerse a la altura de sus objetivos originales porque el sistema de mercado está dominado por grandes empresas transnacionales”. Tras poner de relieve algunos de los problemas como la captura del sector de alimentos orgánicos por las corporaciones, los límites y contradicciones de los microcréditos y las cooperativas, Bello afirma que el objetivo de la desglobalización es “no convivir sino más bien suplantar la lógica del mercado predominante”.7
A este respecto, la desglobalización está más en la línea de iniciativas como la Soberanía Alimentaria de los movimientos campesinos mundiales como La Vía Campesina (con 200 millones de miembros en todo el mundo) que tienden a actuar y responder en los planos local, nacional y mundial. En la publicación “Guía para descarrillar la OMC y al régimen de libre comercio” (2013) de Focus on the Global South, Shalmali Guttal y Mary Ann Manahan resaltan varias experiencias de soberanía alimentaria como las Parcelas de las Hermanas del Jardín (PEC) en Corea del Sur, el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, los programas Comunitarios de Soporte a la Agricultura (CSA) en Europa y Norte América, las iniciativas de organizaciones campesinas aliadas a monjas en Colombia para promover mercados de familias campesinas, la iniciativa de los vendedores ambulantes en Calcuta en la India, experiencias de comercio alternativo en Filipinas y muchos otros.
[Focus on the Global South] la desglobalización y la soberanía alimentaria son “meta-narrativas” complementarias de la resistencia y el cambio, que desafían la hegemonía de los que promueven “un modelo homogenizador para todos”, modelos de desarrollo neoliberales y sistemas burocráticos obsoletos de socialismo estatal.8
La desglobalización también ha inspirado iniciativas que tienen que ver con repensar y remodelar las formas de relacionamiento de las economías nacionales con la globalizacion, como es el caso de: el retiro de Bolivia, Venezuela y Ecuador del CIADI del Banco Mundial (Centro Internacional para la Resolución de Disputas sobre Inversiones); las disposiciones de la Constitución 2009 del Estado Plurinacional de Bolivia que sientan las bases para la denuncia de todos los tratados bilaterales de inversiones de Bolivia; el proceso de revisión, denuncia o no renovación de los TBI en algunos países; la sustitución del TLC Bolivia-México en 2010 por un acuerdo comercial sólo de bienes y servicios en los que se eliminan los capítulos de Propiedad Intelectual, Inversiones, Compras del Sector Público y otros. Además, los principios de la desglobalización se inspiran la “Declaración: Para hacer frente a la emergencia climática tenemos que desmantelar la OMC y el régimen de libre comercio” 9 (2013) lanzada con el apoyo de varias organizaciones sociales como una de las primeras respuestas que denuncia el impacto del comercio globalizado en el clima .
Por último, uno de los más recientes y mas desarrollados “documentos en construcción” que inspira la desglobalización es “La Economía para la Vida”, que fue debatido y enriquecido en la Cumbre de los Pueblos alternativa a la OMC en Bali (2013)10. Este texto incluye muchas propuestas de cómo enfrentar a la globalización en diferentes niveles. Como sucede con muchas propuestas la aplicación de sus postulados ha ido mucho más allá de algunas de sus propuestas originales.
14 Principios de la desglobalización
por Walden Bello
(Nota: Adiciones actualizadas a la versión 2009 de los 11 principios de la desglobalización están en negritas)
1. La producción para el mercado interno debe volver a ser el centro de gravedad de la economía y no así la producción para los mercados de exportación.
2. El principio de subsidiariedad debe ser consagrado en la vida económica mediante el fomento de la producción de mercancías a nivel de la comunidad y a nivel nacional en tanto se pueda hacer a un costo razonable con el fin de preservar la comunidad.
3. Las políticas comerciales -como cuotas y aranceles- se deben utilizar para proteger a las economías locales de la importación de mercaderías subvencionadas de grandes corporaciones que establecen precios artificialmente bajos.
4. Las políticas industriales -como los subsidios, aranceles y el comercio – se deben utilizar para revitalizar y fortalecer el sector manufacturero.
5. Medidas de largo plazo para la redistribución equitativa de los ingresos y la redistribución de la tierra (incluida la reforma de la propiedad en el área urbana) deben ser implementadas para crear un mercado interno vibrante que sirva para vigorizar la economía nacional y producir medios financieros locales para la inversión.
6. Dejar el énfasis en el crecimiento, haciendo hincapié en la mejora de la calidad de vida y maximizar la equidad para reducir el desequilibrio medioambiental.
7. Los sistemas de energía y transporte deben ser transformados en sistemas descentralizados basados en fuentes renovables.
8. Un sano equilibrio debe mantenerse entre la capacidad de carga del país y el tamaño de su población.
9. Se debe desarrollar una tecnología ambientalmente amigable y aplicarla tanto en la agricultura como en la industria.
10. Una mirada de género debe aplicarse en todos los ámbitos de toma de decisiones económicas a fin de garantizar la equidad de género.
11. Las decisiones económicas estratégicas no deben dejarse al mercado o a los tecnócratas. Por el contrario se debe ampliar la participación democrática en la toma de decisiones sobre temas económicos vitales como son qué industrias desarrollar o eliminar, qué proporción del presupuesto del estado dedicar a la agricultura, etc. Esto implicará la desmitificación de la economía y una vuelta a sus orígenes como economía política y economía moral.
12. La sociedad civil debe vigilar y supervisar constantemente al sector privado y al Estado, a través de un proceso que debe ser institucionalizado.
13. El complejo de la propiedad debería transformarse en una “economía mixta”, que incluye cooperativas comunitarias, empresas privadas y empresas estatales, y excluya a las corporaciones transnacionales.
14. Instituciones mundiales como el FMI y el Banco Mundial deben ser reemplazadas por instituciones regionales construidas no sobre la base de los fundamentos del libre comercio y la libre circulación del capital, sino en base a los principios de la cooperación que, para usar las palabras de Hugo Chávez en la descripción de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Américas (ALBA), “trasciendan la lógica del capitalismo.”6
Las críticas
Excluyendo las críticas que parten de la idea errónea de que la desglobalización promueve la autarquía y el aislamiento, académicos activistas como Patrick Bond han criticado algunas de las formulaciones de la desglobalización en el libro escrito por Walden Bello en 2002.
[Patrick Bond] ¿No debería haber una manera más integral de desglobalización que supere la dicotomía entre medidas reformistas de regulación de la economía mundial y estrategias utópicas de carácter local? ¿Por qué líderes intelectuales como Bello no mencionan la perspectiva de la revolución, a saber la toma y transformación totales de las estructuras de poder estatales cómo ha ocurrido muchas veces en la historia aunque no siempre con los mejores resultados?
Organizar la economía y la sociedad en base a dicha perspectiva radical del tercer mundo ¿no implicaría la expropiación de activos claves a nivel local y nacional permitiendo una nueva reasignación de recursos para aquellos sectores siempre postergados? ¿No debería este Estado revolucionario rechazar en el mediano plazo al Banco Mundial, el FMI, la OMC, las compañías francesas y británicas de agua, las restricciones de los derechos internacionales de propiedad intelectual sobre los medicamentos y la mayoría de otras relaciones capitalistas internacionales? A su vez, ¿esto no requeriría controles de capital, el no pago de deudas odiosas dejadas por regímenes anteriores, y una gestión de las importaciones-exportaciones de una forma muy diferente a lo que se ha practicado por regímenes nacionalistas burgueses del Tercer Mundo? Esta podría ser una mitad del futuro de la propuesta de la desglobalización. La otra mitad es la lucha para poner en práctica “desmercantilización” en el hogar a través de reivindicaciones transitorias que fluyen directamente de las luchas económicas y sociales.”11
La desglobalización no puede florecer completamente sin la toma y transformación del poder estatal por las fuerzas sociales y la sustitución de los gobiernos neoliberales o reformistas. Las experiencias de los gobiernos progresistas en América Latina muestran que estos son importantes para avanzar agendas alternativas, pero que al mismo tiempo existe el riesgo de que el sistema los coopte. Sin el pueblo en el poder real no hay posibilidad de desglobalización profunda.
Algunas de las otras críticas han sido tratadas en otros textos por Focus on the Global South, como “La Guia para los descarriladores de la OMC”, y también en documentos más colectivas como “Economía para la Vida”, que ponen de relieve la lucha contra la privatización, la mercantilización, la financiarización y la necesidad de romper con las instituciones que los promueven. No obstante aun hay mucho que hacer en este proceso de construcción colectiva.
Economía para la vida (fragmentos)
Reemplazar el paradigma de desarrollo por el paradigma de la redistribución y la equidad. Para hacer frente a las necesidades básicas de más de la mitad de la población mundial y poner fin a la interrupción de los ciclos vitales del sistema de la Tierra, la economía mundial y nacional tienen que redistribuir la riqueza para reducir las asimetrías dentro de los límites de la naturaleza. Algunos sectores y países todavía tienen que mejorar su bienestar, mientras que otros necesitan reducir su consumo excesivo y el despilfarro.
Tomar de una manera democrática y consciente, el control de los medios fundamentales de producción, finanzas y comercio, estableciendo mecanismos de complementariedad, solidaridad y redistribución, penalizando el exceso de acumulación de riqueza y la destrucción de los ecosistemas.
Acercar a los productores de bienes y proveedores de servicios con la gente promoviendo relaciones de autogestión, auto-emancipación, solidaridad e interacción social en armonía con la naturaleza. (…) Promover la producción y consumo de bienes duraderos locales para satisfacer las necesidades fundamentales de las personas y evitar el transporte de mercancías que pueden ser producidos localmente.
Terminar con el sistema de consumo excesivo, el lujo y el despilfarro impulsado por las grandes corporaciones.
Transformar el comercio en un vehículo para la complementariedad y no para la competencia y el lucro. El comercio debe estar guiado por la necesidad de las personas y no por la codicia de las empresas transnacionales, intercambiando en el mercado lo que una comunidad, región o país produce en exceso, después de satisfacer sus necesidades locales, o adquiriendo lo que no pueden producir localmente. Esto implica dar prioridad al valor de uso de todos los bienes producidos por encima de su valor de cambio (…) las reglas de comercio tienen que ser asimétricas: más beneficiosas para los más débiles y más exigentes para los más fuertes.
La sociedad tiene que poseer y controlar democráticamente el sistema financiero. Implementar un sistema monetario internacional basado en un nuevo sistema de reservas, incluyendo la creación de monedas de reserva regionales con el fin de acabar con la supremacía del dólar.
Socializar el dinero que actualmente está bajo el control de los bancos centrales que responden a los intereses privados y no a las demandas sociales. Implementar un mecanismo integral de control público y ciudadano de los bancos e instituciones financieras. Prohibir los fondos especulativos, de “derivados” financieros y otros productos tóxicos.
Establecer impuestos progresivos, como medio para la redistribución y poner fin a la concentración de la riqueza en pocas manos. Estas medidas deben incluir impuestos a las rentas altas, a los movimientos de capital, a bienes de lujo y a ganancias, impuestos a las transacciones financieras, impuestos sobre los combustibles fósiles y otras actividades contaminantes, así como la eliminación de los paraísos fiscales.
Cancelar la deuda de los países que hoy agobian a los pueblos y que fue impuesta para beneficiar interés privados y de corporaciones. Establecer sistemas de crédito y prestamo responsables, justos, soberanos y democráticos que beneficien a la gente y a la naturaleza.
Desmontar el poder de las corporaciones transnacionales para lograr la equidad y la justicia. Recuperar para la sociedad la propiedad privada controlada por las élites, las corporaciones transnacionales, los grandes bancos, las empresas nacionales y sub-nacionales.
Democratizar la gestión de la propiedad estatal de las empresas públicas. Impulsar a que los servidores públicos, trabajadores y gerentes, sindicatos, consumidores y organizaciones sociales colaboren para este fin y se sancionen las prácticas de corrupción y nepotismo.
Desmontar la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las nuevas organizaciones multilaterales para hacer frente a los problemas de las finanzas, el comercio y el crédito tienen que ser desarrolladas bajo un nuevo esquema multilateral que busque el bienestar de todos los integrantes de la comunidad de la Tierra.
El futuro del Debate
La desglobalización tiene que cosechar y aprender de las diferentes experiencias e iniciativas que ha inspirado. Hoy en día, el concepto es más rico que una breve lista de principios que deben seguirse desarrollando y actualizando. Algunas recientes propuestas como las de “un sano equilibrio entre la capacidad de carga de un país y el tamaño de su población”, deben ser aclaradas y desarrolladas para evitar debates innecesarios que nos pueden alejar de los principales aportes de la desglobalización.
El núcleo principal de la propuesta de desglobalización, que radica en el comercio y la inversión, debe desarrollarse aún más teniendo en cuenta los cambios actuales en los procesos de globalización. El componente político de la desglobalización tiene que ir más allá de las propuestas de una “mayor participación democrática en la toma de decisiones”.
Probablemente el debate más importante en torno a la desglobalización es en relación a la “economía mixta que incluye cooperativas comunitarias, empresas privadas y empresas estatales, y excluye a corporaciones transnacionales”. El “pluralismo económico” es clave, pero la exclusión de las empresas transnacionales no significa automáticamente que esas “economías mixtas” funcionen por fuera de la lógica del capital. La pregunta clave que queda por responder es cómo construir economías plurales a nivel nacional y mundial que no estén bajo la dominación de los procesos del capital.
Afirmaciones en sentido de que iniciativas como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) hubieran trascendido la lógica del capitalismo no son exactas, a pesar de los intentos realizados para promover proyectos de integración basados en la complementariedad y no la competencia. Es esencial aprender de los éxitos y fracasos de estas experiencias.
Por último, el movimiento por la desglobalización tiene diferentes voces con diferentes puntos de vista que necesitan ser debatidos para fortalecer sus interacciones con otras alternativas que, a partir de diferentes raíces, desafían la globalización capitalista contemporánea.
Notas
1. Dr. Nayef R.F. Al-Rodhan, “Definitions of Globalization: A Comprehensive Overview and a Proposed Definition,” 2006. http://www.academia.edu/2969717/Definitions_of_Globalization_A_Comprehensive_Overview_and_a_Proposed_Definition-_The_International_Relations_and_Security_Network_ETH_Zurich_June_19_2006
2. Ver Wikipedia: en.wikipedia.org/wiki/Deglobalization
3. Focus on the Global South, The Paradigm: Deglobalization systemicalternatives.org/2014/02/14/the-paradigm-deglobalisation/
4. Walden Bello, Deglobalization: Ideas for a New World Economy, 2002.
5. Ibid.
6. Walden Bello, Capitalism’s Last Stand?, 2013.
7. Ibid.
8. Focus on the Global South, Derailers’ Guide to the WTO and Free Trade Regime 2.0, 2013. focusweb.org/content/derailers-guide-wto-and-free-trade-regime-20
9. Ver: climatespace2013.wordpress.com/2013/09/06/statement-to-confront-the-climate-emergency-we-need-to-dismantle-the-wto-and-the-free-trade-regime/
10. Ver sitioweb de SMAA: smaa.asia/economy-for-life-in-our-earth-community/
11. Patrick Bond, ““Deglobalization”? Sure but… “, 2003.
12. Ibid
Texto de Pablo Solón
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