Por Pablo Solón[1]
[English, Italiano] Las siguientes propuestas[2] buscan motivar la reflexión sobre el que hacer frente a las crisis sistémicas. Son ideas que nacen de un contexto sudamericano y en particular boliviano.
1) Debemos repensar los procesos de transiciones a partir de las crisis sistémicas que vive la comunidad de la Tierra. Si bien no hay duda que las crisis ecológica y climática son las más relevantes porque ponen en riesgo la continuidad de la vida como la conocemos, las transiciones deben ser multidimensionales y abarcar las relaciones con la naturaleza, lo cotidiano, el estado y el sistema político, lo económico, lo social, lo espiritual, la energía, las relaciones internacionales y la ética.
2) El foco principal de nuestra atención debe ser el fortalecimiento de la organización y articulación de los diversos movimientos sociales para la autogestión de sus territorios: comunidades indígenas-campesinas, fábricas, escuelas, barrios, etc. La amplia mayoría de las izquierdas fracasa porque apuesta centralmente por el Estado antes que por potenciar la autodeterminación de articulaciones sociales creativas y disruptivas del Estado. El Estado si bien puede jugar un rol positivo frente a la mercantilización y privatización de la vida no deja de ser un aparato que tiene su propia lógica, comparte con el capital la adicción por el crecimiento y el productivismo, y administra la violencia en favor de los sectores que detentan el poder.
3) La autonomía y autodeterminación de las organizaciones sociales es fundamental para: a) expandir la práctica de los comunes a diferentes niveles, b) transformar de manera radical el Estado, c) contener la descomposición social que está en curso, y d) contrarrestar la lógica del poder estatal que captura y transforma a los dirigentes sociales y de izquierda. Es fundamental desmontar el culto a la personalidad y el caudillismo que socava la capacidad de autogestión de los movimientos sociales.
4) No hay una izquierda sino múltiples izquierdas. La izquierda es un concepto relativo que debe ser valorado no sólo en relación a la derecha y al imperialismo, sino en relación a temas centrales para las transiciones sistémicas como son, entre otros, el extractivismo, el productivismo, el antropocentrismo, el patriarcado, el capitalismo, el racismo, el Estado, los derechos humanos y los derechos de la naturaleza.
5) Para que la democracia florezca es fundamental promover iniciativas por fuera de los sistemas de partidos políticos. Los pueblos indígenas, las organizaciones de mujeres, trabajadores, comunidades afrodescendientes, LGTB, estudiantes y otros deben poder participar en elecciones nacionales y sub-nacionales independientemente de los partidos políticos. El monopolio de los partidos políticos de derecha o izquierda debe ser remplazado por una diversidad de formas de participación democrática de los diferentes actores sociales.
6) Debemos revolucionar la democracia representativa también en su carácter antropocéntrico, incorporando la elección de delegados que representen a la naturaleza, defiendan los derechos de la Madre Tierra y el equilibrio del sistema de la Tierra. Necesitamos poner en funcionamiento mecanismos de justicia para la Tierra e instancias como el Defensor (ombudsman) de la Naturaleza.
7) Las crisis sistémicas están desencadenando procesos constituyentes en varios países que deben servir para plantear propuestas estructurales multidimensionales y potenciar a movimientos sociales tradicionales y nuevos. Es importante promover procesos constituyentes que vayan más allá de las discusiones normativas y que contribuyan a construir formas de poder autogestionario en la práctica.
8) La alternativa al caos capitalista no es el estatismo capitalista o pretendidamente socialista, sino el potenciamiento y expansión de los comunes para una gestión democrática participativa que alienta políticas del cuidado. La nacionalización por el Estado de sectores claves de la economía debe estar acompañada de procesos profundos de transparencia, control social y transferencia de ciertos sectores para que sean autogestionados por la sociedad. La nacionalización y universalización de los servicios públicos de salud, agua, energía, educación y comunicación digital son esenciales en tiempos de caos. La expansión de la soberanía alimentaria, desarticulando el poder del agronegocio, es clave para garantizar el derecho a la alimentación.
9) La transición hacia economías post extractivistas, post productivistas, post capitalistas no es una tarea para un futuro sino una política de emergencia presente que requiere incentivar formas de vida sencillas, moderadas y respetuosas con el otro y con la naturaleza. Las crisis sistémicas harán estallar las burbujas financieras y los mercados especulativos. La necesidad de una economía no especulativa y la nacionalización del sistema financiero serán cada vez más imprescindibles.
10) Los procesos redistributivos deben ser estructurales y jamás utilizados con fines electorales o de cooptación política. La expropiación de los terratenientes y la distribución de la tierra-territorio a los pueblos indígenas y a los sin tierra, preservando los ciclos vitales de la naturaleza, son fundamentales para las transiciones sistémicas.
11) El desmantelamiento de las estructuras patriarcales que promueven una jerarquía de valores y prácticas que desvalorizan y explotan a las mujeres, los pueblos y la naturaleza requiere no sólo de procesos normativos y de igualdad de derechos, sino la eliminación de los privilegios y de la concentración de poder tanto en ámbitos públicos y privados.
12) La erradicación del racismo capitalista sistémico contra seres humanos y seres de la naturaleza requiere de: a) subvertir la lógica del capital y del Estado que está al servicio del capital, b) romper con la cultura del miedo al otro, c) reconocer y desmontar los privilegios de uno mismo, y d) establecer políticas de reparación para las víctimas del racismo sistémico.
13) Es urgente promover alternativas sistémicas que recuperen y convivan con los ciclos vitales del sistema de la Tierra y luchar contra las falsas soluciones como la geoingeniería, los mecanismos de mercado y la financiarización de la naturaleza que ya están siendo promovidos por el capitalismo para hacer frente supuestamente al colapso ecológico.
14) En respuesta a la falsa disyuntiva de acuerdos de liberalización comercial o prácticas abusivas de capitalismos nacionales debemos promover procesos de complementariedad asimétricos, que reconozcan la disparidad entre países, establezcan límites a los intercambios comerciales que destruyen a la naturaleza y a organizaciones sociales, condonen la deuda externa, alivien la pobreza y el desempleo, y contribuyan a la regeneración de los ecosistemas de la Tierra.
15) No se puede recurrir a cualquier medida para enfrentar a la derecha reaccionaria y al imperialismo. Los medios deben estar acorde con el fin. Las violaciones a la democracia y las inconsecuencias con los discursos progresistas favorecen a los autoritarismos de derecha e izquierda. Es fundamental garantizar los derechos humanos de todos incluyendo los de nuestros adversarios. No se trata de eliminar al otro sino de buscar complementariedades transformadoras para así, aislar a los extremismos fundamentalistas.
16) Existen imperialismos en decadencia e imperialismos emergentes. Es un error entregarse a unos para defenderse de otros creando nuevas relaciones de dependencia y colonialismo. Es necesario superar las fronteras nacionales para encarar la preservación de eco-regiones como el Amazonas y transformar el actual multilaterialismo suprimiendo el poder de veto de cinco países, dando participación a los pueblos y a la naturaleza. Es clave promover nuevos procesos de integración e internacionalismo construyendo mecanismos de gestión y control supranacional para frenar el colapso ecológico.
17) Las guerras y la violencia aflorarán a cada instante y se volverán en un mecanismo privilegiado de acumulación de capital en tiempos de caos. Se multiplicarán los bunkers de las élites y los sistemas de vigilancia digital. Resurgirán formas de apartheid. El desmantelamiento del complejo militar es una necesidad urgente para la sobrevivencia de la vida. La demanda de la paz se hará cada vez más revolucionaria.
18) Para avanzar en transiciones sistémicas es fundamental cambiar la correlación de fuerzas a través de victorias parciales que galvanicen procesos de cambio a nivel nacional e internacional. Los conflictos sociales que pueden generar múltiples ondas expansivas, son aquellos donde confluyen diferentes actores sociales enarbolando demandas estructurales. Esa fue la experiencia de la guerra del agua en Bolivia el año 2000 y puede volver serlo a escala mundial en esta década por la mercantilización y privatización del agua, las sequías y los desastres naturales que provoca el cambio climático.
19) Para lidiar con la creciente incertidumbre y el caos es necesario aprender de los pueblos indígenas andinos que sembraban en diferentes pisos ecológicos para hacer frente a la inestabilidad del clima. Esto implica construir nuestras luchas, alternativas y articulaciones en varios espacios, dimensiones y escenarios para hacer frente a los cambios bruscos en estos tiempos de ausencia de normalidades duraderas.
20) La ética está en el corazón de todos los procesos de transiciones sistémicas.
[1] Director de la Fundación Solón de Bolivia y miembro de la iniciativa Alternativas Sistémicas y el Dialogo Global por un Cambio Sistémico.
[2] Este documento se basa en la presentación que realicé en el seminario “¿Qué debemos hacer?” organizado por el Dialogo Global por un Cambio Sistémico el 15 de diciembre del 2020. Los planteamientos expuestos de manera esquemática y resumida han sido enriquecidos con los comentarios y aportes recibidos durante y después de dicho evento.
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